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ABC Sevilla  18-06-1993
 
A  B  C  de las Artes  ANTOLÓGICA DE MONEDERO
       
-Cuando Manuel Monedero (Sevilla 1925) accedió a que su pintura, hasta entonces prácticamente inédita en su ciudad, inaugurara en 1965 la ya desaparecida Galería Florencia, lo hizo obligado por su amistad con los responsables de la misma, pero haciendo constar en el catálogo que ninguna de aquellas obras estaba a la venta. Todas tenían ya un destino: los Estados Unidos de América, donde cuatro años antes, en la Dickson Gallery de Washington, había mostrado la primera de sus exposiciones individuales. Circunstancia de la que José María Massip, corresponsal de ABC  en aquella ciudad, informaba en una crónica donde decía: “Una hora después de abierta la exposición, un domingo por la tarde con nieve en las calles, conté cuatro cuadros vendidos. Para  un recién llegado como Monedero a una galería washingtoniana, cuatro ventas en los primeros sesenta minutos es algo. Y no serán las últimas”.
No lo fueron, claro. A partir de aquella, las exposiciones se sucederían con frecuencia en esa y en otras galerías de Princeton, Filadelfia, Nueva York, Houston y Canadá, obteniendo en todas ellas una aceptación tan excepcional que movería al Triton Museum of Arts, de San José (California), a presentar en 1996 una amplia muestra de este gran pintor sevillano.
Ello, unido a las exposiciones posteriormente presentadas en Madrid, había impedido que salvo en contadas y siempre fugaces ocasiones, se produjera el esperado reencuentro que para Sevilla supone esta magnífica retrospectiva.
 
Compuesta por cincuenta óleos y dos dibujos confirma la fidelidad de Monedero a unos temas siempre profundamente enraizados en la propia condición humana, como también lo están sus desoladoras escenas de la Pasión, expresando todo ello con vigoroso realismo de una pintura suntuosa, suelta y enfebrecida en su cromatismo. Con la maestría en el dibujo y en la aplicación del color que, viniendo de lejos, siempre serán intemporales.
 
MANUEL LORENTE          
 
                                                
 
ABC Sevilla 25-5-93
 
Hoy se inaugura en Sevilla una exposición ontológica de Monedero
 
        Estuve conversando un ratito con Manuel Monedero,      de quien les dije hace unas cuantas fechas que es de los        grandes pintores sevillanos vivos, añadiéndoles que en        su tierra Sevilla, se preparaba una gran exposición de su    obra, una muestra antológica organizada por la Caja         San Fernando. Y comoquiera que la inauguración será       esta tarde en la sala Imagen, esto fue lo que motivó la         conversación, que, lógicamente, versó tanto sobre la             exposición como sobre diversos aspectos de su                         trayectoria profesional. Respecto a lo primero me                 comentaba el artista:
   -La exposición constará de cincuenta y cuatro cuadros       que abarcan prácticamente toda mi vida pictórica, de los   cuales, el mas antiguo será de hace treinta y cinco años y   el más reciente de hace solo unos días. Y naturalmente,       los hay de muy diversos tamaños-¿Y la temática?
  • La temática es también muy variada e incluso incluye pinturas de tipo artístico hechas para no ser vendidas, sin pensar en el potencial cliente, por su aspereza o poca amabilidad; hay también cinco sobre pecados capitales como la lujuria, la soberbia, la envidia, la avaricia y otro sobre los demás; habrá igualmente una serie d cuadros religioso, pero de la parte agónica y dramática de la Pasión de Cristo; bastantes pinturas esperpénticas, otras imaginativas y un largo etcétera.
  • -¿Se aprecian diversas etapas de su pintura o es una exposición homogénea?
  • Hay diversas etapas y el aficionado iniciado lo notará en la temática, en la tecnifica en el concepto filosófico de como se contemplan las cosas.
  • En Sevilla ha expuesto poco, ¿verdad?
  • Sólo dos veces y la última hace muchísimo tiempo, pues mis exposiciones han sido casi siempre en Norteamérica, antes incluso que en Sevilla, aunque mi agente sí ha montado diversas exhibiciones aquí. Lo de Norteamérica es paradójico, pero la vida se enreda así Aquí te patean.
  • ¿Tendría ganas entonces de una exposición como la de ahora?
  • Siempre se tienen ganas. El artista vive en parte de la vanidad y es algo que se espera, como siempre se espera que le hagan justicia a uno, porque es halagador, y el que diga o contrario miente.
  • Hablemos de maestros: Monedero, ¿ha tenido algunos?
  • Sí, por supuesto. La primera persona que me ayudó fue Ramón Monsalve Caruz, aunque de forma leve y pasajera. Después, por amistad con mi padre, Hohenleiter. Posteriormente Baldomero Romero Ressendi, que me dejaba mirar cosas, ver... hasta intimar bastante.
  • ¿De cual de ellos tiene más la pintura de Monedero?
  • De Ressendi, y no algo, sino mucho, pero matizando, ya que ambos éramos antitéticos.
  • Y como verán, hoy me he extendido bastante más de lo habitual con un solo personaje, pero es que pensé que una exposición antológica de Monedero en Sevilla merecía la excepción, pues pocas ocasiones han tenido los sevillanos de poder contemplar juntos tantos cuadros suyos. Bueno, pocas no, ninguna.
  • José Luis Montoya
  •                                       
 
SEMANARIO DIARIO 16        28/5/93
 
           A PINCELADAS SUELTAS Y CALIENTES
 
-La Sala Imagen, de la Caja San Fernando, reúne en estos días una antológica de la obra del pintor sevillano Manuel Monedero. Casi medio centenar de obras exhiben el realismo fantástico y, a veces, dramático que caracteriza la obra de este singular artista; que no exponía en Sevilla desde 1965. Seguidor y amigo de Ressendi, en la pintura de Monedero existen muchos componentes estéticos y conceptuales, influidos por la obra de éste, así como una gran parte de la tradición pictórica española.
                  Entre las muchas exposiciones que podría haber elegido para esta semana, he querido destacar la antológica que exhibe Manuel Monedero (Sevilla 1925) en la Sala Imagen. No me cuento entre los forofos  admiradores de la obra de este singlar artista sevillano, pero siempre he mantenido una enorme curiosidad hacia su especial realismo fantástico, y un gran respeto y consideración para quien ha convertido la pintura en una forma honrada de vivir y hablar con los demás. Un binomio indisoluble que no justificaría su existencia el uno sin el otro, Esta puede ser a priori, una de las característica que posee la personalidad artística de Manuel Monedero.
Seguidor y admirador de los parámetros creativos del díscolo e iconoclasta Baldomero Romero Ressendi –con quien mantuvo una gran amistad--, Monedero es continuador de un cuadro costumbrista, dibujado en el interior de muchas conciencias que siempre rechazaron de plano la muestra evidente de un mundo fantástico y dramático al que cerraron los ojos gran parte  de los espectadores de la década de los cuarenta y cincuenta.
Recuperada, por exótica, la obra de Ressendi, la llegada de la pintura de Monedero al público sevillano, casi treinta años después de su individual en la galería Florencia, reaviva nuevamente  la polémica entre el arte bueno y el arte ¿malo?.Entre el arte de ahora y el arte que bebe directamente de las fuentes de la tradición pictórica española. Un debate absurdo que, lejos de considerar la trayectoria y  valor que indiscutiblemente poseen estos lienzos de Monedero, distrae sus argumentaciones en intereses personales: en defensa de unos postulados con los que, la mayoría, nunca h a convivido.
Esa es una característica muy de esta ciudad. Pero La obra de Monedero es una realidad que se proyecta fuera de nuestro país con la misma fuerza que lo puede hacer un Barceló o un Sicilia, sin que yo tenga por qué negar y los otros. Dos discursos, dos lenguajes diferentes y diferenciados que buscan una misma finalidad, el arte, aunque con variados argumentos y conceptos. No es necesario defender la ora de Monedero, ni es mi intención hacerlo. Sí es necesario intentar valorar en su justa  medida la garantía y solidez que adquiere un trabajo, fuera y alejado de las formas y modos al uso, que mantiene intacto el valor de lo auténtico es esa autenticidad, guste más o menos  a unos u otros, lo que más sorprende de la obra de Monedero. Su constante compromiso con su propio lenguaje.
Lo demás; personajes de mirada desencajada, locos tremendamente expresivos, escenas que parecen sacadas de las entrañas de las ciudades, de los bajos fondos de la conciencia humana, desenterrad a pinceladas sueltas y calientes, saturadas de color y fieles al contorno sutil del dibujo menos académico. Los cuadros de Monedero son la otra cara del espejo de papel “couche” en el que se mira y regocija la sociedad contemporánea. Son la cara de una realidad que subyace en su interior y que no por negada deja de existir.
Su expresión monstruosa la engendra la razón o, mejor dicho, su razón. Los ojos de Monedero ven más allá de los que mucho ven y quieren ver. Por eso la pintura de Monedero, como la de Ressendi o la de Goya, siempre levantó ampollas de rechazo, aunque mirada y aceptada de soslayo por los que no hayan podido sustraerse a su fuerza y autenticidad.
 
 
JOSÉ ANTONIO CHACÓN 
Director del museo de arte contemporáneo de Sevilla
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CORREO DE ANDALUCIA, 31 MAYO 1993
 
                                                                         INQUIETUD EXISTENCIAL
 
-Hablar a estas alturas del pintor Manuel Monedero, después de tanto como se ha elucubrado sobre él, me parece una carga demasiado pesada, detalle este, no tenido en cuenta por ese colectivo de intelectuales que no vieron en el artista más que un pintor de oficio, olvidando que su gran pasión es la pintura a la que tuvo que domar como a un potro salvaje para convertirla en mental, como quería Leonardo, sin desposeerla enteramente de corazón.
“Mi angustia es la mía y la de mi prójimo”, para decirnos el maestro en sus soberbios cuadros. El hombre de hoy asoma su rostro crispado por el cuadro para gritar su inquietud, su miedo, su esperanza. Este grito angustiado que vibra, más o menos estridente, en una gran parte de su pintura, aún no ha sido elogiado como este gran artista se merece por la crítica especializada. Quizás, ello sea debido a que se mantiene alejado de los grupos de moda, tumultuosos y contestatarios. Monedero no es un pintor de concurso, sino de conjunto. Se trata de un pintor  que ejecuta una manera de hacer temporal-mental. Sus cuadros brotan espontáneamente, después de ser pensados, estudiados y vividos largamente. A él llegaron, durante años, muchas percepciones, hálitos, presencias y remembranzas insólitas. Lleva bastante tiempo, por cierto observando, haciendo prospecciones sensoriales y traducibles, en ciertos misterios del Ministerio.
El hecho de no hallarme ni ante un intruso, ni ante un neófito, ni menos ante un rentabilizador de materia cromática, nos aproximó. Esta fruta, sevillano, no se madura al azar. No se halla dejado tentar por el comercial, ni por el amaneramiento, ni mucho menos, sorprender por el azar. Su pintura obedece a leyes reflexivas, impuestas por el propio pintor, que ordena, naturaleza y ley. Hecho profesionalmente en Sevilla, nutrido sustancialmente por la imagen y la sensorialidad de sus campamentos nativos, no debe ser comparado ni valorado más que con relación a sí mismo.
 
R. Muñoz
                                                                                              
 
 
                                                                         Un pesimista frente al triunfo
 
 Monedero no puede hablar de sus primeros contactos con la pintura mas que de una manera confusa…”lo primero que está bien definido en mi memoria es el impacto indirecto que me produjo la lectura y admiración ante los dibujos de los artistas norteamericanos Alex Raymon y Harold Foster. Esa admiración es también compartida a través de un intercambio de impresiones con Romero Ressendi; todo ello se va degradando, como ocurre siempre que el componente dinero y demanda entra en juego. Es a partir de entonces cuando mis ideas fueron decantándose paulatinamente hacia un arte que pudiera permitirme representar lo que mi imaginación  sugería – soy tremendamente imaginativo y agorero, pero no fantástico-, con reproducciones a la vista, en mi casa, de Murillo, Velázquez, ilustradores ingleses y, extrañamente, un ruso: Repin”
Un pesimista frente al triunfo
La caja San Fernando ha reunido en la Sala Imagen una gran muestra del artista Manuel Monedero.
El artista recuerda a su padre como un tipo fuera de lo vulgar para aquella época, nada burgués, si en cambio era un excéntrico… “Su entorno, que también era el mío influía en mi de una manera acusada. Yo soñaba con ser pintor, tener un estudio y poder vivir de la pintura, aunque he de confesar que en mi modestia solo aspiraba a pintar magníficos bodegones como los de Cantarero, a quien admiraba profundamente. Había  un pintor que también me fascinaba sobremanera, se llamaba Honheleiter... Todo aquello se iba concretando, pero ocurriría algo importante en mi trayectoria, yo diría que definitivo: la exposición, primera de ellas en Sevilla, de Romero Ressendi. La técnica de Baldomero era rotunda. Hoy mucha gente todavía sigue sin entender que se pueda aprender la técnica de un maestro sin cópialo; de alguien hay que aprender. La desgracia de un pintor que no quiere parecerse a nadie es que se parece extraordinariamente a todos lo pintores que no quieren parecerse  a nadie. Dos personas tan distintas, por suerte o por desgracia para mi, no pueden pintar igual. Un Rubens y un Van Dick no son iguales mas que bajo una óptica pedestre, y esto esa  dicho sin animo de comparar, como un hecho vulgar por conocido”.
La posguerra condiciono a la Sevilla artística de aquella época, a todos sus pintores, que los había y  muy buenos…
“Efectivamente. La posguerra condicionó y mucho a todos menos a Romero Ressendi. Se ha olvidado a Monsalve y en menor medida a Labrador: Se pintaba de una forma provinciana en temática-censura velada o prepotente- pero profesional. A mi me gustaba pintar –nunca fui precoz-, se estudiaba y se trabajaba”
El amigo Baldomero
Resulta casi imposible, con Monedero, dejar de hablar de su amigo Baldomero Romero Ressendi, de su amistad con el artista, de cómo le conoció…
“Mi relación con Baldomero-Meruchi para su familia y la mía- viene de la infancia. Antes de que naciera ya su padre y el mío eran íntimos amigos; Baldomero padre entraba y salía por mi casa como uno mas de la familia. “Hola” decía cuando llegaba, se sentaba en la silla baja de mi padre, lugar donde estaba colocada una guitarra, la tocaba- era un gran aficionado,  amigo de Andrés Segovia-, y se marchaba con un “hasta luego”. La diferencia existente entre los tres y diez años es todo un abismo, pero no así a los veinte, y es por ello que hasta esas fechas los contactos entre Meruchi y yo fueran esporádicos y distantes. Pero es  a partir de 1946, después de su exposición en Cubiles y posteriormente en el Hemal, cuando se intensificaron, influyendo sobremanera su posterior separación de Esperanza, su mujer.
Baldomero me llamo para que le acompañara y destensar un poco tan delicada situación... A partir de ese momento nuestras relaciones se generalizaron. Tampoco puedo dejar de mencionar la influencia que produjo en Ressendi Paquita Voselle, una  mujer decisiva en la vida de Baldomero; bella y llena de sensibilidad, con un acusado sentido del humor”.
Mucho se ha hablado de la genialidad de Romero Ressendi, del concepto personalísimo de su pintura y nadie mejor que Monedero, lo sabe…
“Ser genial, querido Rafael, es un termino vago que puede significar muchas cosas y solo un profesional puede darse cuenta de lo que supone enfrentarse a un lienzo en blanco y hacer algo importante, algo que deje al iniciado preso, allí, sin escape. Bajo ese punto de vista claro que Baldomero era genial. Muy pocos han conseguido esa simplificación, esa maestría, ese enseñar sin asomar la mano”.
La posición artística de Monedero no se nos pasa por alto, una posición, la de aquella época que pudo ser bastante complicada…
“Esa actitud a la que haces referencia pienso que ya has podido situarla entre líneas. He de confesarte que soy un ilustrador fracasado; el aprende situarme en ese campo- sin haber pasado por la escuela de Bellas Artes – y comer, no fue posible, y es por ello por lo que mi esfuerzo rompió por donde pudo, aisladamente. Sin teorizar, sin planear, agónicamente, con mucha fe y reduciendo necesidades, como un cartujo. La meta, por supuesto inalcanzable, era Velázquez, hasta donde pudiera. No Goya no, Velazquez. Esa rotundidad velazqueña, ese no va mas. Para eso  yo me inicie muy tarde, y para mas inri autodidácticamente. Todo eso necesita de una vista atenta, mano rápida y la frugalidad del Cister. Aclaremos, por tanto, el campo para que nadie se llame a error, pues tal como están actualmente las opiniones y las divagaciones sobre arte y muy especialmente sobre pintura hay que saber puntualizar: ni pontifico ni advierto, ni corrijo, ni sé. Los cuadros puedes verlo tú, y por supuesto sabes traducirlo”
De todas formas el parecido entre la pintura de Monedero y la de Ressendi es incuestionable. Esto me lo aclara rotundamente el artista…
“El parecido, Rafael, es remoto.Cualquiera que era mas allá del aceite y el barniz lo nota. Mi técnica, con respecto a la de Ressendi, es mas tarde, morosa y vacilante. Romero Ressendi es un triunfador, y yo un pesimista. El era extrovertido y yo un hipocondriaco. Basicamente hay la similitud de maestro a discípulo. Yo camino por otras nubes otros sistemas, te divorcias aunque no quieras. Así es todo esto inevitablemente”.
Tampoco podía pasar desapercibido ese fenómeno social llamado Antonio López García y toda la toda la parafernalia que le une a con la multinacional Marlbotough.
“Sobre este tema puedo opinar, entre otras consideraciones, que no se trata de un fenómeno social, o al menos entre la sociedad pensable... Sobre este pintor puedo decirte que se trata de un hombre hábil, un hombre con lupa. Me causa la misma admiración que un gran relojero-por mi congénita torpeza- un paleontólogo o un experto cirujano. Te diría mas, nunca me gustaría contemplar enmarcada una operación de próstata. La pintura de Antonio López como la de Dalí, me resultan carambanícas, fotográficamente yerta. Si me lo ponen en un museo me parece muy bien, pues… como yo no soy el propietario del museo…”
Arte no figurativo
Atractiva y suculenta es tambien en la opinión que el artista posee del arte no figurativo…
“No se si debo opinar sobre ese tema… ¿de verdad crees, Rafael, que debo tener una opinión sobre el arte no figurativo?... ¿y que es el arte no figurativo? Desde  Barque hasta Piero Manzoni, que enlató su propia mierda noventa veces… ¿Qué es el arte no figurativo?... ¿que es el cosmos?... ¿que es?... ¿Pureza dices? Esto debería ser ampliado cuando en el sentido de literatura hablamos; es decir, cuando ojeas un anuncio en el periódico sobre el tema de las viviendas, con la urgencia de comprar un piso porque tan solo quedan tres, hay  que saber leer entre líneas que quedan  todos. Lo que no cabe interpretar-a menos que seas inope- es que por bondad de corazón. , el constructor no quiere que te pierdas esa oportunidad.  Si de golpe eliminaran todas las propagandas, la gente no compraría más que aspirina y jamón serrano. Precisamente, Rafael, acabo de leer en un diario…”Fuerte batacazo de Warhol en Nueva York”. No es un batacazo, es la lógica consecuencia de construir un dique con paja, orines y barro. .
Me pregunto con asombro como tantos millones de personas pueden contener la risa y la carcajada ante tanto desafuero. Esto me lleva a pensar que nuestra sociedad actual es altamente maleable y hay mucho tonto suelto. Se ha perdido la profesionalidad efectiva y se sobre valora en exceso la titular”.
 
R. Muñoz
 
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