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   ABC sábado 14 de Julio de 1984
 
- ARTE
 
  Monedero: Temas eternos, con acentos de siempre. En mi opinión personal, Monedero es un vigoroso pintor expresionista, maestro del color y del dibujo, lleno de ambiciones y problemas intelectuales, capaz de abordar muchos temas - desde las criaturas más extraordinarias a la figura más impresionante y a los temas más extravagantes de la psiquiatría moderna, con una seguridad de trazado y paleta excepcionales - que dará mucho que hablar si persiste y simplifica su arte, ahora todavía un poco desparramado. Tendrá que escoger algún día entre la psiquiatría y la pintura (José Mº Massip) Dieciocho años han transcurrido ya desde que José María Massip, entonces corresponsal de ABC en Washington, escribió aquella crónica titulada “Del Guadalquivir al Hudson: Manuel Monedero”, en la que informaba del éxito alcanzado por este <extraordinario pintor sevillano> - así lo definía - en las dos exposiciones que entonces acaba de clausurar en Nueva York y en la propia capital de los Estados Unidos.
José Mª Massip ABC 1966
 
Dieciocho años que han nevado las sienes y la barba del pintor, pero que no le han hecho desistir de su propósito: <No, eso por supuesto. Yo tengo el defecto o quizás la virtud de ser muy tozudo, no dejándome influir por “ismos” o modernidades. Cuando empecé a pintar quería conseguir algo que todavía no he logrado, Entonces, si, continuo empeñado en ello, para que voy a cambiar. Se cambia, si, indudablemente, con los años y el mayor dominio del oficio, pero la idea básica, lo que pretendes, sigue estando ahí y, por lo tanto, en mi concepto personal, continúa siendo perfectamente valido>
 
    HECHO A SI MISMO
 
  Manuel Monedero Gómez nació en Sevilla, en la plaza de Europa, el día 8 de octubre de 1925. En su familia, ningún antecedente artístico, Cuando tenía edad para ingresar en una Escuela de Artes y Oficios o de Bellas Artes, las circunstancias le obligaron a hacerlo en un lugar tan distinto como en una compañía de seguros. <No obstante siempre quise ser pintor, pues desde niño andaba enredando y con lápices y pinceles, sin que nadie me orientara>. Sin embargo, ya se sabe, nadie es del todo autodidacta.  Sus primeros maestros los encontró, enmarcados, en las salas del Museo de Bellas Artes, en las que, durante ocho o diez años, disfruto las vacaciones que le correspondían en su trabajo. Otros maestros importantes para su formación fueron Ramón Monsalves, Hohenleiter y Romero Ressendi: <No, porque ellos me enseñaran - explica - sino porque, gracias a nuestra amistad, yo acudía a sus estudios a meter el ojo, De los tres fue Hohenleiter el que me trasmitió muchos de los conocimientos técnicos que se aprende en la escuela. El era quien me aclaraba cuantas dudas yo tenia acerca de la preparación de los lienzos, de la pintura, el colorido, la composición y todo eso. No de una manera formal, de maestro a discípulo, sino, cariñosamente, en plan de amigo. A pesar de ello - añade -, aunque nunca vi pintar ni a Monsalves ni a Ressendi, pues tanto uno como otro soltaban los pinceles cuando yo acudía a sus estudios, fue este, Baldomero el que me descubrió la pintura y cambió la mía ya para siempre. Y es verdad, nunca lo vi pintar. Conocía, si, el proceso de su obra de un día a otro o de una semana a otra; pero, cuando yo llegaba, el dejaba de pintar. Sin intención, tal vez, sino para reírnos y tomarnos unas copas. Como hago yo, que tampoco puedo pintar cuando hay alguien delante, pues la pintura es una cosa muy intima, muy personal>
 
    COPIAS PARA VIVIR
 
  Como íntimo y personal, en su aparente desorden, en el estudio donde el pintor trabaja. Una amplia sala en la sexta planta de uno delos grandes bloque de viviendas que se alinean cerca de Kansas City, a la cera de la autopista de San Pablo. En las paredes, junto a una estantería repleta de libros de arte, todos los trebejos, instrumentos, utensilios y trastos que utiliza para sus cuadros. Muchos cuadros, casi todos ellos sin terminar, al lado de bocetos y apuntes amontonados, componiendo todo un delicioso batiburrillo.<Al principio copiaba en el Museo para aprender, observando a los grandes maestros, hasta que, con las copias, comencé a ganarme la vida. Allí, lo que más me interesaba era Murillo, Zurbarán y el Greco; aunque otros compañeros se dedicaban más a la pintura costumbrista del siglo pasado. A cosas de Gonzalo Bilbao y otros pintores de aquella época, mas alegres y, por lo tanto mas fáciles de vender. Cuando tenia veinticuatro años - añade - aquellos trabajos me libraron del empleo u, a partir de entonces, por la mañana me dedicaba a copiar, para comer, y por la tarde a hacer mi propia pintura>. Y esta, a su vez, no tardaría en liberar al pintor de aquel.la su hasta entonces obligada cita diario con el Museo de Bellas Artes.
 
    AMERICA DE PAR EN PAR
 
  En 1958, el azar, lo inesperado, compensaría a Monedero de todos los esfuerzos realizados hasta entonces: <Un cuadro que regalé a una amiga, Salud Lozano con motivo de su boda, fue lo que me abrió las puertas de América. Ella, casada con un norteamericano, Fred Olessi, lo expuso en una galería de Washington, con ánimo de ayudarme, y no tardo en venderse. Cuando me envió aquel dinero que yo no esperaba, unas treinta mil pesetas, cantidad que para mi, en aquella época, resultaba increíble, me decidí a hacer en los Estados Unidos mi primera exposición> Esta se celebró, en Diciembre de 1961, en la Dickson Galery, de Washington, a la que el pintor sevillano volvería dos años después. Tras esta, hasta once exposiciones mas en Princeton, Filadelfia, Washington - en dos nuevas ocasiones -, Nueva York, San José de California, Montreal y Houston, repitiendo finalmente en Nueva York, ocho años después de su presentación en aquel país. Un país muy propicio como mercado –señala- , pero cuya atmósfera artística es la menos propicia para mi forma de entender la pintura. Al principio pintaba en Sevilla y acudía allí para exponer y hacer los retratos que me encargaban, hasta que decidí no desplazarme más. Y es que en los Estados Unidos aprecian mi pintura como una cosa exótica, como un “souvenir”, pero no llegan a penetrar en su espíritu. La compran, sí, por el espíritu tan acusado que tienen de la inversión, pero no porque lleguen a calar en la obra. Sin embargo a pesar del tiempo transcurrido, todavía me siguen buscando> Y para confirmarlo, Monedero nos muestra una carta fechada recientemente en Nueva York: <Esto, es de personas que ya tienen varios cuadros míos continúan interesándose por mi pintura –dice- , solo se explica porque sean unos forofos, unos grandes aficionados, o porque mi firma se siga cotizando y la busquen para hacer negocio>
 
    RESPUESTA A SENDOS TOPICOS
 
  Pero no solo es importante el capitulo de ventas. También lo es, para un pintor, el juicio que su obra merece a la crítica especializada. Ahí están, recogidos por Massipp en aquel trabajo publicado en ABC, los fragmentos de críticas insertadas en revistas tan prestigiosas como <Pictures> y <Cue>, en Nueva York, así como, entre otros, en los diarios <Star> y <Washington News>. En una de ellas se afirma: <Monedero es un artista que combina elementos de pesadillas del siglo veinte con vocabulario artístico del siglo diecisiete>. Este reconoce por lo menos una cierta actualidad –comenta el pintor- , pero algunos críticos han dicho que mi pintura esta anclada en el pasado. Estancada, desfasada o trasnochada. Lo que ellos quieran, pues a mi esto no me afecta en absoluto. De lo que si estoy seguro es de que mi pintura no se apoya en las muletas de lo literario o extra pictórico, como pueden ser el argumento o el titulo expresiones literarias que nada tienen que ver con como esta hecho el cuadro>Otra afirmación que con frecuencia se aplica a la obra de Monedero esta relacionada con su posible parentesco con la pintura de Baldomero Romero Ressendi: <Quienes eso afirman, no son pintores. Si lo fueran, sabrían que entre mi pintura y la de Baldomero hay tanta diferencia como, por ejemplo, entre un Benedito y un Sotomayor. La verdad es que entre el y yo, por suerte o por desgracia, existe una diferencia tan notable como la de nuestros propios caracteres, diametralmente opuestos; pero, para apreciarla, habría que <rascar> en la obra y ver en ella algo mas que el aceite y el barniz. Y eso es algo que, lamentablemente, no esta al alcance de todo el mundo>
 
    ESCANDALO ARTISTICO
 
  Al relacionar la pintura de uno y otro pintor sevillano, amigos entrañables, abordamos un tema que, mediada la década de los cincuenta, constituyo un autentico escándalo artístico, De juzgado de guardia. Tema que no debemos soslayar que tocamos sin ánimo de herir susceptibilidades. <No, no, ni mucho menos - nos anima Manolo Monedero -. Este es un asunto delicado sobre el que no me importa hablar y que, al contrario, deseo aclarar de una vez por todas, pues a mi no me duelen prendas de que resplandezca la verdad. Todo esto del mimetismo con Ressendi surgió a raíz de una falsificación en la que yo me vi indirectamente implicado. Un” marchante” de Sevilla me encargó las copias de unos cuadros de Baldomero que él tenia y yo se las hice, pero sin firmarlas. Cuando las vendió, como originales, se descubrió el engaño y, pudo comprobarse que yo no había falsificado la firma. Me había limitado a ejercer la profesión de copista que entonces era la mía. Y la mayor prueba de mi inocencia es que, en aquel juicio, yo figuraba como testigo de cargo de la acusación. A partir de entonces me colgaron ese “sambenito”, del que tanto me esta costando desprenderme; pero, es curioso, también tengo influencias de Hohenleiter, de Murillo y de Velázquez, de las que me siento orgulloso, y, sin embargo, nadie las ve. Solo se habla de Romero Ressendi, cuando el parentesco que cabe hallar entre nosotros es el existente entre un pintor genial y un… vamos a decir discípulo, que solo es pintor>
 
    CUESTION DE TEMPERAMENTO
 
  En cuantas ocasiones Monedero se ha referido a Romero Ressendi, ha destacado, insistentemente, la diferencia de temperamentos que entre ellos existía. Siempre, como la más autentica seña de identidad que cabe hallar en la obra de cualquier artista: Yo soy hipotenso, hipocondríaco crónico y eso condiciona a mi pintura. Otros, afortunadamente para ellos, son optimistas y ese es el estado de ánimo que llevan al lienzo, vendiéndolos a porrillo. Lo mío es distinto. Si te concentras en tu trabajo y tienes una visión melancólica y trágica de la vida, en la que esta y la muerte juegan factores importantes, como en mi caso también lo tiene la religión, los últimos momentos de la vida de Cristo, eso limita considerablemente el numero de compradores vamos a llamar pedestres. De todos aquellos que, con un cuadro, solo pretendes decorar su casa.
 
   Manuel Lorente
 
                                                                                          ---0---
 

  ABC Sevilla 12-12 1984

 

   Manuel Monedero

 

     En la galería de arte Magdalena Mesa se expone una antológica del pintor Manuel Monedero, con obras procedentes de diversas colecciones particulares.

 

 

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